Un sacerdote, cuya identidad se ha mantenido oculta, fue denunciado por el delito de corrupción, por cobrar altos sueldos de docente, pero sin enseñar nada a los estudiantes, en Paraguay.
La investigación encontró que existen alrededor de 1,200 casos de personas o comunidades que han cobrado el dinero que corresponde a profesores y directores. La práctica se conoce como planillerismo.
El presupuesto es designado por el presupuesto del gobierno de Paraguay, pero en estos casos se desvían de forma ilegal hacia políticos, funcionarios públicos, personas que purgan una condena en prisión y sacerdotes. Incluso se conoce de casos en los que personas utilizan el nombre de un familiar muerto para seguir cobrando el dinero.
El sacerdote tuvo que devolver al presupuesto de Paraguay más de 100 millones de guaraníes, un aproximado de 17 mil dólares.
El “padrecito” tenía consigo la tarjeta de un docente, donde el Banco Nacional de Fomento depositaba un sueldo cada mes.