Boca abajo, con seis balazos en su rostro y sobre un puente de Morazán, Yoro, fue abandonado el cuerpo del sacerdote Enrique Vásquez Cálix, de 48 años.
El cura fue reportado como desaparecido por los feligreses de la parroquia San José de San Pedro Sula, donde oficiaría la misa de Miércoles de Cenizas.
En la escena del crimen, las autoridades policiales encontraron seis casquillos de bala. Los criminales le dispararon al párroco en la cara, por lo que murió de forma inmediata.
A 62 kilómetros de distancia de donde encontraron el cuerpo, la Policía halló abandonado el vehículo tipo pickup, marca Mazda, color gris, que era conducido por el sacerdote.
Según la dinámica del hecho, al religioso lo interceptaron entre La Barca y El Progreso, lo privaron de su libertad y lo llevaron hasta el puente de Morazán para asesinarlo.
Los asesinos condujeron el vehículo aproximadamente una hora y media hasta llegar a una calle desolada en el municipio de Victoria, en donde lo dejaron abandonado.