El Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus sus siglas en ruso) de Rusia ha revelado que la presencia de objetos extraños en el motor del avión, el combustible de baja calidad, un error de pilotaje o un posible fallo técnico están entre las principales hipótesis que se están barajando sobre las causas del accidente del Tu-154.
El FSB ha subrayado que no hay ninguna evidencia de ataque terrorista o de sabotaje a bordo del Tu-154, que el domingo pasado se estrelló poco después de despegar de la ciudad rusa de Sochi.
Asimismo, el FSB ha aclarado que el avión no llevaba cargas militares ni materiales pirotécnicos que podrían haber sido causa del accidente.
Dentro de la investigación lanzada por las autoridades, el FSB está en estos momentos interrogando a los testigos y analizando los videos disponibles del accidente.
Según informa el Ministerio de Defensa ruso, el Tu-154 accidentado estaba comandado por un piloto de primera clase, Román Vólkov, con más de tres mil horas de vuelo. El avión fue fabricado en 1983, y había volado un total de 6689 horas.
El Ministerio ha destacado que los especialistas han analizado minuciosamente los datos del control objetivo de los medios de radiolocalización y han determinado la trayectoria de vuelo del Tu-154. «Ello ha permitido identificar de forma más precisa la zona de la caída del avión. La operación de búsqueda y rescate en el supuesto lugar de la caída se complica por el vasto alcance de las profundidades y peculiaridades del relieve del fondo», han estimado.
En el lugar del accidente trabajan 45 barcos, así como cinco helicópteros y aviones no tripulados. Más de 3500 personas participan en las operaciones de búsqueda.
El Tu-154 siniestrado este 25 de diciembre viajaba con rumbo a la base militar rusa de Jmeimim (Latakia, Siria).
Se estrelló a 1.500 metros de la costa del mar Negro.
En el avión viajaban artistas del Coro del Ejército Rojo A. V. Alexándrov (el grupo oficial de coros y danzas del Ejército ruso), periodistas de varias cadenas de televisión rusas y la médica y activista Yelizaveta Glinka.
El Comité de Investigaciones de Rusia ha iniciado una causa penal dentro de la cláusula de infracción de las normas de vuelos para investigar el siniestro, que no dejó sobrevivientes.