Destacando las incansables labores en una carrera contra el tiempo para salvar las vidas de personas que aún permanecen bajo los escombros, el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, brindó un balance de las afectaciones y las tareas que se ejecutan a raíz del terremoto de 7.8 ocurrido este sábado en la noche y que deja por el momento un saldo oficial de 272 personas fallecidas y 2,068 heridas.
«Seguramente el número (de fallecidos) aumentará y probablemente en forma considerable. La tragedia es muy grande pero sabremos salir adelante. Los expertos dicen que los daños son pequeños para lo que pudo ocurrir», dijo Correa en sus primeras declaraciones en Ecuador tras regresar de emergencia de una gira en Roma.
Correa, quien estaba en una visita al Vaticano cuando ocurrió el sismo, aterrizó este domingo directamente en el aeropuerto de Manta y caminó los escombros de la ciudad de Portoviejo.
«El país está movilizado para atender esta emergencia, esta tragedia. Así como son grandes las tragedias, más grande es el espíritu ecuatoriano», señaló el presidente, quien resaltó y agradeció las tareas realizadas por los bomberos voluntarios.
«Gratitud eterna a nuestros heróicos bomberos y rescatistas que trabajan incesantemente. Hay señales de vida en muchos de los escombros y se está dando prioridad para aquello», indicó.
Correa afirmó que esta era la mayor tragedia vivida por Ecuador en los últimos 67 años, desde el terremoto de Ambato de 1949.
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