Las fuerzas de seguridad turcas detuvieron el martes en la frontera siria a diez presuntos miembros del grupo Estado Islámico, entre ellos un kamikaze cargado de explosivos, tres días después de un atentado suicida en Estambul que causó cuatro muertos.
Según fuentes militares citadas por la agencia de prensa Dogan, esos diez individuos fueron detenidos en la provincia de Gaziantep (sur) cuando intentaban entrar en territorio turco.
Uno de ellos tenía el cinturón de explosivos listo para estallar, explicó Dogan.
La agencia difundió las fotos de los diez hombres, en cuclillas y con las manos detrás de la cabeza, ante una alambrada de púas, así como del dispositivo explosivo capturado.
Las autoridades turcas buscan a tres hombres que, según los medios de comunicación, habrían recibido órdenes del EI de atentar en lugares públicos muy frecuentados, especialmente en Estambul.
Cuatro turistas murieron en una conocida arteria comercial de Estambul el pasado sábado, y el presunto autor del atentado suicida tenía relaciones con el Estado Islámico, según las autoridades.