Cientos de policías, apoyados por escuadrones antimotines, registraron este sábado un complejo religioso en Davao, Filipinas, en busca de Apollo Quiboloy, un predicador acusado de abusos sexuales y tráfico de personas.
Durante la operación, un simpatizante del grupo, llamado Reino de Jesucristo, murió de un ataque al corazón, aunque la policía asegura que su deceso no está relacionado con el operativo.
La operación comenzó al amanecer y se transmitió en vivo por una televisión local vinculada al grupo religioso. A pesar de que los agentes utilizaron equipos para detectar personas detrás de muros, no lograron encontrar a Quiboloy en el recinto de 30 hectáreas, que alberga una catedral, una escuela, una zona residencial, un hangar y una pista de aterrizaje que conecta con el aeropuerto internacional de Davao.
Quiboloy y su abogado han negado las acusaciones, afirmando que son fabricaciones de detractores y antiguos miembros expulsados por irregularidades. Los seguidores del predicador, quienes grabaron la operación con sus teléfonos móviles, han cuestionado la legalidad del operativo y defendido la inocencia de Quiboloy.
Nicolas Torre III, general de brigada de la policía y encargado de la operación, justificó el gran despliegue debido a la cantidad de edificios a revisar y al hecho de que muchos seguidores se opusieron ruidosamente a la redada.