El papa Francisco decidió hoy no pronunciar la catequesis que tenía preparada para la audiencia del miércoles, y pidió a las miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro que rezaran el rosario por las víctimas que ha causado el terremoto de esta madrugada el centro de Italia.
Son al menos 73 los muertos, aunque se teme que serán decenas, que ha provocado el seísmo de 6,2 grados en la escala abierta de Richter que ha sacudido las provincias de Rieti, Ascoli Piceno y Perugia, y que ha destruido casi completamente localidades como Amatrice, Accumuli y Pescara del Tronto.
Francisco decidió suspender su habitual catequesis para expresar su «dolor y cercanía a todas las personas que se encuentran en las zonas afectadas y a todas las personas que han perdido a sus seres queridos y a las que aún se sienten conmocionadas por el miedo».
A los presentes les explicó que está muy dolido al haber escuchado que «el pueblo de Amatrice ya no existe y al pensar que entre los muertos hay muchos niños».