El 5 de junio, Bahréin, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Libia, Yemen y Maldivas rompieron relaciones diplomáticas con Catar y anunciaron la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con este emirato.
Algunos países árabes acusaron a Catar de apoyar a grupos radicales y de desestabilizar la región.
El conflicto entre Doha y otras naciones vecinas se desató después de que la agencia de noticias catarí QNA difundiera unas supuestas declaraciones del emir de Catar en las que se mostraba a favor de normalizar las relaciones con Irán.
El discurso fue publicado una semana después de la celebración de la cumbre entre EEUU y varias naciones musulmanas en Riad. Durante el encuentro, el país anfitrión, Arabia Saudí, condenó a Teherán en nombre de todos los participantes por practicar políticas hostiles en la región.
El Ministerio de Exteriores catarí afirmó más tarde que el polémico discurso atribuido a Tamim bin Hamad Thani, líder de Catar, era en realidad obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia de noticias.
La ruptura de relaciones diplomáticas entre los Estados árabes, Malvinas y Catar se produjo tras la visita del presidente de EEUU a la región.
El secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, llamó a las naciones de la región a negociar y resolver sus discrepancias.