La joven rusa Marina Kovalenko, de 29 años de edad, fue estrangulada por un hombre que no soportó que ella se burlara del tamaño de su pene mientras sostenían un encuentro sexual en la ciudad rusa de Volgogrado.
Marina era madre divorciada de dos niños y una niña, menores de 11 años, y conoció a su asesino, de unos 25 años, en un café en su villa y tras una breve conversación decidieron dar rienda suelta a la pasión que estalló entre los dos y decidieron sostener relaciones sexuales en un garaje rentado por su asesino.
El problema es que la mujer no se aguantó la risa al ver el tamaño minúsculo del pene del hombre y eso lo volvió loco y terminó estrangulándola y enterrando su cadáver en bosque cercano.
Familiares y amigos de Marina reportaron su desaparición a las autoridades y comentaron que la última vez que la vieron con vida fue con este sujeto. Fue gracias a las imágenes de una cámara de seguridad que lo captaron saliendo solo del garaje que la policía pudo arrestarlo y confesó que la mató porque se burló de su «meneito».
Ahora este sujeto acomplejado podría enfrentar una pena de prisión de hasta 15 años por el delito de femicidio.