La Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) , una organización internacional de monjas católicas con sede en Roma, exhortó a todas las religiosas del mundo a que reporten los delitos a las policías de sus países, y a sus superiores inmediatos.
Esta organización, que congrega a más de 500 mil monjitas en todo el planeta, se comprometió a ayudar a las víctimas a curarse y buscar la justicia terrenal; además denunciaron la cultura del silencio y el secreto que rodean a los abusos sexuales en la Iglesia Católica.
El comunicado fue publicado en la víspera del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de las Naciones Unidas (ONU).
No mencionan a los sacerdotes como los agresores
En su amplia declaración, la UISG condenó el “patrón de abuso que prevalece en la Iglesia y en la sociedad actual” , citando el abuso sexual, verbal y emocional como tipos de maltrato que socavan la dignidad de las víctimas. “Condenamos a los que apoyan la cultura del silencio y el secreto, a menudo con el pretexto de ‘proteger’ la reputación de una institución o considerándola ‘parte de su cultura’”, dijo el grupo.
”Abogamos por denuncias civiles y penales transparentes de los abusos, ya sean dentro de congregaciones religiosas, a nivel parroquial o diocesano o en cualquier espacio público”, agregó.