La mayoría de los niños migrantes que fueron separados de sus padres por las autoridades gringas sufrieron abuso sexual, detallaron medios locales.
La política “tolerancia cero”, de Donald Trump, está acusando a padres de delitos menores como infracciones de tránsito y negligencias, para seguir separando a los niños en la frontera.
Un padre fue alejado de su hija de un año porque no le cambió el pañal, ejemplificaron.
En otro caso, una niña de tres años fue separada de su padre con el argumento de que no podía probar que era realmente el padre.
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La familia hizo una prueba de ADN que confirmó el vínculo, pero la pequeña fue abusada sexualmente mientras estaba detenida.
Otro niño, de cuatro años, fue separado porque su padre tenía un problema en el habla que le impedía responder preguntas de los agentes de la Patrulla Fronteriza, según la denuncia.
«Es impactante que la administración Trump continúe tomando bebés de manos de sus padres», dijo Lee Gelernt, abogado.
La administración Trump comenzó a separar a los niños de sus padres en mayo del año pasado como parte de una política de «tolerancia cero» hacia los migrantes que cruzan ilegalmente la frontera.