Investigadores de la Federación Universitaria de Australia descubrieron en la Antártida cientos de pingüinos de Adelia muertos, sospechando podría haberse infectado con el mortal virus H5N1 de la gripe aviar.
Según los informes, una expedición científica realizada el mes pasado en la Antártida halló 532 cuerpos sin vida de estas aves. Aunque las pruebas iniciales no fueron concluyentes, los científicos sospechan que el número de pingüinos muertos podría superar los miles.
De acuerdo a la agencia de noticias EFE, los investigadores enviaron muestras adicionales a los laboratorios para determinar con certeza la causa de esta mortalidad masiva de pingüinos de Adelia en la Antártida.
La mayor preocupación de los expertos es que este brote de gripe aviar pueda afectar a otras especies amenazadas de pingüinos y otros animales que habitan en la Antártida.
Meagan Dewar, bióloga de vida silvestre y líder de la expedición, afirma que esta «es la primera vez que la fauna salvaje de estas regiones se ve amenazada por un brote de la enfermedad a gran escala».
Según Dewar, el virus «tiene el potencial de causar eventos de mortalidad masiva y pérdidas significativas» en la vida silvestre de la Antártida, que ya enfrenta desafíos como el cambio climático.
Anteriormente, en una expedición realizada en diciembre, el equipo de Dewar logró detectar la presencia de la cepa H5N1 en la península antártica y tres islas cercanas, en la especie págalo pardo, que se alimenta de huevos y polluelos de pingüinos.
Ahora, los investigadores trabajan arduamente para resolver este misterio y determinar el alcance del brote, con el fin de tomar las medidas necesarias para proteger a las poblaciones de pingüinos y otras especies amenazadas en la Antártida.