El diario costarricense Extra denunció que las más poderosas pandillas panameñas tienen sus centros de operación establecidos en Costa Rica y que están utilizando la técnica de ocultar drogas dentro del ganado para poder enviarla al norte del continente americano.
La cocaína se introduce en condones por el recto de los animales y así mismo se ha detectado que les remueven los testículos a los toros y les rellenan el escroto con estupefacientes. También usan frutas y vegetales para camuflarla.
En varios casos los delincuentes atascan la droga en el amplio sistema digestivo del ganado hasta llegar a los intestinos, poniéndolos en riesgo de muerte. De esta forma el ganado llega vivo hasta Guatemala y México, donde los destazan para obtener el producto que les interesa.
Lo que aún no se determina es si los ganaderos se prestan al negocio o bien hacen todo el trabajo una vez que las compran. Además si los conductores de los vehículos saben lo que están trasladando.