La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) confirmó ayer jueves que 315 personas murieron, 188 están heridas y 38 siguen desaparecidas debido a las fuertes lluvias que han azotado Kenia desde el pasado mes de marzo.
Y no solo eso, según datos del Ministerio de Educación del 10 de junio, unos 350,000 niños no pueden ir a clases por las inundaciones y la falta de comida. Imagínense, desde que se reanudaron las clases el 13 de mayo de 2024, estos chavalos han estado sin estudiar.
El Departamento Meteorológico Nacional advirtió que, aunque oficialmente ya terminó la temporada de lluvias, se espera que entre junio y agosto caigan «lluvias por encima de la media» en algunas zonas como la cuenca del lago Victoria o el Valle del Rift, en el oeste y noroeste de este país africano..
Y como si fuera poco, las inundaciones han dejado 18 centros de salud inaccesibles en seis condados. Para rematar, hasta el 18 de junio se han registrado 79 casos de cólera debido a las aguas contaminadas.
Esta situación nos recuerda lo importante que es estar preparados para enfrentar los desastres naturales.