La península de Reykjanes, en Islandia, fue el escenario de una nueva erupción volcánica, la más fuerte de los últimos meses, según las autoridades islandesas.
La fisura, de aproximadamente 2.9 kilómetros de largo, se abrió el pasado 16 de marzo, obligando a la evacuación de 4,000 habitantes de la cercana ciudad de Grindavik.
La erupción, que se produjo en la misma zona que la del pasado 8 de febrero, generó flujos de lava que avanzan rápidamente, aunque por el momento la ciudad parece estar a salvo gracias a los muros de contención construidos por las autoridades.
A diferencia de otras erupciones volcánicas, esta no ha expulsado gran cantidad de ceniza a la atmósfera, por lo que los vuelos en la región no se han visto afectados.
Sin embargo, Islandia decretó el estado de emergencia el mismo día de la erupción, la cual es monitoreada de cerca por las autoridades nacionales.
La Oficina Meteorológica de Islandia ha informado que la actividad de la fisura disminuyó significativamente desde el inicio de la erupción, aunque todavía se mantiene activa.
Islandia es conocida por ser tierra de volcanes, con más de 30 de ellos activos en la actualidad.
La península de Reykjanes, en particular, se encuentra en una zona de gran actividad volcánica debido a la separación de las placas tectónicas euroasiática y norteamericana.
La lava de la actual erupción se encuentra a tan solo un kilómetro de entrar en contacto con el océano. Si esto ocurre, podría desencadenar explosiones y aumentar el peligro en la zona.
Las autoridades islandesas continúan monitoreando la situación y mantienen a la población informada sobre cualquier cambio en la actividad volcánica.