Al menos 1,428 delfines blancos fueron capturados y sacrificados en el Skálafjørður, en el Atlántico Norte.
Las imágenes se han viralizado en las redes sociales y provocado la indignación de muchos.
Ante las críticas, el Gobierno de las Islas Feroe, territorio autónomo de Dinamarca, anunció hoy que evaluará el futuro de la caza de delfines tras la polémica matanza de un millar de ejemplares en la tradicional captura de ballenas piloto.
«Nos tomamos este tema muy en serio. Aunque estas cazas son consideradas sostenibles, miraremos con atención las de delfines y qué papel deberían jugar en la sociedad feroesa. El Gobierno ha iniciado una evaluación de las reglas para capturar delfines blancos», declaró el presidente autonómico, Bárður á Steig Nielsen.