La Fiscalía Nacional de Chile mantiene bajo investigación a cerca de 119 denuncias por abusos sexuales contra sacerdotes de la Iglesia católica, un tema que generó numerosas críticas a la congregación.
Entre las notas más recientes estuvo el pedido de “perdón misecordioso” del arzobispo de Santiago, el cardenal italiano Ricardo Ezzati, a quien incluso algunos parlamentarios le quieren retirar la ciudadanía chilena otorgada por gracia.
Ezzati no pudo oficiar, como de costumbre, el Te Deum por las Fiestas Patrias que se realiza cada año el 18 de septiembre, ante una citación de la justicia como presunto encubridor de las trasgresiones de los prelados a menores.
Su declaración ante la Fiscalía regional de O’Higgins quedó pendiente y aunque su figura ha sido incluso objeto de actos de repudio, intenta reivindicar su imagen.
«(…) los miembros de la Iglesia necesitamos de este espacio espiritual donde implorar el perdón misericordioso de Dios por nuestras culpas y su indulgencia por los abusos y delitos más graves cometidos por algunos hermanos y hermanas de nuestra comunidad», expresó en una homilía.
El Ministerio Público, a propósito de los acontecimientos durante los últimos meses, recordó que 229 religiosos católicos, entre ellos ocho obispos, fueron investigados en los últimos 18 años debido a 272 denuncias por delitos sexuales.
La fuente indicó que dentro del proceso que comenzó en enero del año 2000, hay 126 sacerdotes aún sujetos a pesquisas.
Los obispos investigados por cometer delitos o encubrir a los responsables son el mencionado Ezzati, Alejandro Goic (emérito de Rancagua), Carlos Pellegrin (Chillán), Cristian Contreras (San Felipe), Juan Barros (Osorno) y Marco Ã’rdenes (Iquique).
Además, Luis Infanti (vicario apostólico de Aysén) y Francisco Cox (exarzobispo de La Serena).
El pasado 21 de septiembre, el papa Francisco aceptó otras dos renuncias de obispos chilenos ante los escándalos de abusos sexuales que sacuden a la sociedad.
Sin mencionar razones específicas, la Santa Sede informó que los obispos de San Bartolomé de Chillán, Carlos Eduardo Pellegrín Barrera, y de San Felipe, Cristian Enrique Contreras Molina, dejaron sus cargos.
Con la decisión de la máxima figura del Vaticano, la cifra se eleva a siete de los obispos que han dimitido, para muchos feligreses insuficiente dados los numerosos expedientes contra sacerdotes involucrados en trasgresiones sexuales.
Hace dos semanas, se conoció de la expulsión de un sacerdote de la congregación Hermanos Maristas por orden directa del Vaticano, decretada por Francisco.
Su Santidad decretó de forma inapelable «la dimisión del estado clerical», así como la ‘dispensa de todas las obligaciones unidas a la sagrada ordenación’ del padre Cristián Precht.