El mexicano Rolando Ortiz, de 37 años, mató a su hijo Mateo García Aguayo, de apenas 2 años, cortándole el cuello con un cuchillo, solo porque no lo dejaba dormir, en Chicago.
Ortiz había regresado a su hogar luego de cumplir su jornada nocturna como empleado de mantenimiento en una fábrica de la ciudad. Al llegar, se acostó a dormir, pero el pequeño quería jugar.
Según las autoridades, el niño comenzó a correr por la casa y a saltar en el colchón, mientras Ortiz intentaba descansar.
«El acusado inmovilizó al niño en el piso para que no pudiera moverse. Lo sostuvo con una mano y con la otra usó un cuchillo de cocina para cortar la garganta del niño varias veces», relató el fiscal.
Mientras Ortiz cometía el cruel asesinato, su esposa cumplía su horario laboral en la misma fábrica. Los otros dos hijos de la pareja, estaban en la escuela.
El hombre, oriundo de México, colocó el cuerpo de su hijo en una bolsa de basura y limpió el piso ensangrentado.