Los restos de 11 personas aparentemente torturadas durante la Segunda Guerra Mundial, fueron hallados en una fosa común en el bosque de Przestrzelski, cerca de la localidad de Jedwabne, en el noreste de Polonia.
El hallazgo estuvo a cargo de Wizna 1939, una asociación dedicada a mantener y cultivar la memoria histórica de los polacos durante la guerra, mientras llevaba a cabo la búsqueda de un padre y su hijo fusilados, probablemente en 1943, y enterrados en el llamado ‘bosque de la muerte’.
Después del inicio de los trabajos de exploración, el pasado 15 de octubre, bajo la supervisión del arqueólogo Ryszard Cedrowski y la antropóloga Urszula Okularczyk, fueron encontrándose restos humanos uno tras otro, situación que obligó al equipo a avisar a la Policía y a la Fiscalía bajo sospecha de que se tratara de la escena de un crimen en masa.