En el año 2016 se volvió viral la historia del joven padre Josh Marshall quien se tatuó en su cabeza la misma cicatriz que tenía su hijo Gabriel, de 7 años en ese entonces, tras una cirugía a la que se sometió para extirparle un tumor en su cerebro.
Un año después de luchar contra una desgarradora enfermedad el menor pudo disfrutar junto a su familia de la Navidad del año 2017; aunque sus padres decidieron decorar la casa desde Noviembre para que su pequeño pudiese disfrutar de esas fiestas.
Sin embargo a finales de Diciembre su padre compartió que el niño entró en código rojo y pidió oraciones por su vida. «Creemos que ha estado teniendo ataques silenciosos. Se despierta, pero es incoherente y no está allí», posteó el pasado 30 de enero.
El niño sufría de mucho dolor en su espalda y cuello y había perdido las funciones en el lado izquierdo de su cuerpo. Sin embargo el 2 de Febrero Gabriel falleció a las 12:03 de la madrugada.
“Te veo después, baby boy”, escribió un desconsolado Josh en su perfil de Facebook junto a dos desgarradoras fotografías junto al cuerpo sin vida de su vástago.