Una serie de explosiones en diferentes puntos del Líbano causaron la muerte de al menos 9 personas y dejaron unas 2.750 heridas, 200 de ellas en estado grave, según confirmó el Ministerio de Salud Pública del país.
Entre los fallecidos se encuentra una niña de 9 años identificada como Fatima Jaafar Abdullah, hija de un miembro del grupo Hezbollah. Las explosiones se atribuyen a localizadores de mensajería que portaban miembros de Hezbollah, los cuales habrían sido detonados, presuntamente, por un ataque israelí.
Las explosiones también afectaron a altos dirigentes de Hezbollah, quienes fueron trasladados a hospitales de Beirut y Damasco.
Imágenes compartidas en redes sociales mostraban a varias personas heridas en las calles, mientras que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, había advertido previamente sobre los riesgos de portar teléfonos móviles debido a posibles ataques selectivos de Israel.
El Ministerio de Sanidad libanés pidió a los hospitales estar en alerta para recibir heridos, mientras solicitaba a la población alejarse de los dispositivos de comunicación. Los hospitales del sur del Líbano y otras áreas solicitaron donaciones de sangre para tratar a los heridos.
Se cree que la detonación de los localizadores fue provocada por tecnología avanzada, y algunas fuentes señalaron que las baterías de litio de estos dispositivos podrían haber sido manipuladas para explotar.
Este incidente ocurre en medio de un clima tenso entre Líbano e Israel, con enfrentamientos diarios entre Hezbollah y las fuerzas israelíes. Ambos bandos han sufrido cientos de bajas en los últimos meses, exacerbando el conflicto en la región.