Wang Ting-Yi estaba comiendo una hamburguesa en el segundo piso de un McDonald’s en Taiwán el sábado a la tarde.
De pronto, algo le llamó la atención del otro lado de la calle: un grupo de personas empezó a correr en dirección a un KFC que estaba en una esquina.
En pocos segundos, ese pequeño conjunto se convirtió en una marea humana que interrumpió el tránsito.
Wang no tardó en enterarse del objetivo de esa gente: atrapar un pokémon.
Iban detrás de Snorlax, uno bastante difícil de atrapar. Por su gran tamaño es muy resistente, y es muy común que no alcance con una pokebola para capturarlo.