Lucy Letby, de 33 años, una enfermera neonatal en un hospital británico fue declarada culpable este viernes de haber asesinado a siete bebés e intentar matar a otros seis en un lapso de un año.
Se afirma que la mujer cometió los crímenes en una campaña de engaños durante la cual se aprovechó de las vulnerabilidades de los recién nacidos prematuros y enfermos, y de sus ansiosos padres.
Después de 22 días de deliberación, el jurado del Tribunal de la Corona de Manchester condenó a Lucy por matar a los bebés en la unidad neonatal del Hospital Countess of Chester en el noroeste de Inglaterra entre 2015 y 2016.
“Los padres estaban expuestos a su morbosa curiosidad y su falsa compasión”, dijo la fiscal principal, Pascale Jones.
Letby fue acusada de dañar deliberadamente a los recién nacidos de varias maneras, incluso inyectando aire en el torrente sanguíneo y administrando aire o leche en el estómago a través de sondas nasogástricas.
También fue acusada de envenenar a bebés al agregar insulina a la alimentación intravenosa e interferir con los tubos de respiración.
Las familias de las víctimas dijeron que “siempre estarán agradecidos” con los miembros del jurado que tuvieron que pasar 145 días de pruebas “agotadoras”, en tanto la acusada negó todos los cargos.
Sin embargo, en su casa fueron encontradas notas en las que expresaba “No merezco vivir. Los maté a propósito porque no soy lo suficientemente buena para cuidarlos”.