Unas 145 ballenas piloto murieron tras quedarse varadas el fin de semana en la isla Steward (Rakiura), Nueva Zelanda.
Las ballenas fueron encontradas en dos grupos separados unos 2 kilómetros entre sí, según el Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda.
La mitad de las ballenas estaban muertas cuando llegaron los socorristas, mientras que el resto fue sacrificado debido a la dificultad para acceder al lugar.
La ballena piloto, también llamada Calderón común, es un ejemplar de frente abombada y cuerpo robusto que puede alcanzar entre seis y siete metros de longitud.