Los sacerdotes Nicola Corradi, de 83 años y Horacio Corvacho, de 59, fueron sentados en el banquillo de los acusados por haber violado a niños sordos, en Argentina.
En el proceso también es enjuiciado el jardinero Instituto Próvolo, de Mendoza, Armando Gómez, de 57 años.
Los tres comparten a la misma defensora oficial, Alicia Arlotta, quien al inicio del proceso judicial hizo un pedido que irritó a todos los presentes.
Y es que solicitaban que «todas las víctimas testifiquen nuevamente de forma presencial».
A pesar de que su planteo fue rechazado por la fiscalía, deberá ser resuelto este martes, durante la segunda audiencia del juicio.
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La fiscalía, encabezada por Gustavo Stroppiana y Alejandro Iturbe, se opuso al pedido y solicitó que «se incorporen dichos testimonios vía cámara Gesell, para no re-victimizarlos».
En la primera semana del juicio se espera que declaren 29 personas y «el debate será a puertas cerradas y con la participación de intérpretes de lengua de señas», precisaron fuentes del Ministerio Público Fiscal.
La causa ya tiene como condenado al monaguillo Jorge Bordón, de 51 años, quien confesó en septiembre pasado durante un juicio abreviado que era «autor de 11 abusos» y deberá cumplir diez años de prisión.