Entre enero y octubre de 2024, El Salvador registró 32 feminicidios, según el Observatorio de la Organización Salvadoreña por la Paz (Ormusa).
Más de la mitad de los casos se concentraron en los departamentos de San Salvador, La Libertad y San Miguel. Estas cifras fueron destacadas por organizaciones feministas como una alarmante señal de la violencia persistente contra las mujeres en el país.
Del total de crímenes, se identificaron diversos métodos de agresión: nueve mujeres fueron atacadas con armas blancas, seis murieron a golpes, cinco por disparos y siete por asfixia, estrangulamiento o lapidación. En 16 de los casos, los agresores fueron parejas o exparejas de las víctimas, lo que resalta la prevalencia de la violencia en contextos familiares y de pareja.
Las organizaciones feministas anunciaron una marcha el próximo 25 de noviembre, exigiendo justicia para las víctimas y señalando la falta de atención estatal a la violencia de género. «El Estado salvadoreño es un Estado feminicida», denunció Katherin Flores, de la Asamblea Feminista, en su llamado a combatir esta problemática estructural.