El mexicano que ayudó a Fidel a lanzar la Revolución llora su fallecimiento

Antonio del Conde, quien consiguió a Fidel Castro el yate Granma con el que el comandante partió de México hacia Cuba en 1956 para emprender su Revolución, acudió hoy a la embajada de la nación antillana, como otros admiradores mexicanos, para expresar su dolor por la muerte de quien llegó a ser su amigo.

«No hay palabras para decir lo que significa la muerte de Fidel. Él me enseñó una vida nueva; me tiene que enseñar a vivir sin él», dijo Del Conde a periodistas ante la legación diplomática en la Ciudad de México.

Refirió que ayer precisamente estuvo en Tuxpan para la conmemoración del sexagésimo aniversario de la partida del Granma desde ese puerto del estado mexicano de Veracruz.

«En una plática que di pedí un aplauso para el comandante Fidel Castro. Fue el último aplauso que tuvo, el que le dimos», señaló el autor del libro «Memorias del dueño del yate Granma».

Del Conde conoció a Fidel en julio de 1955 cuando este entró a su armería en el centro de la Ciudad de México para preguntar por algunos dispositivos. Allí comenzó una relación que lo llevó a involucrarse en la logística de la Revolución Cubana y a ser conocido como «el Cuate», el amigo.

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