El gobierno de Ecuador logró retirar al menos 700 cuerpos de personas que perecieron en las últimas semanas en sus casas en Guayaquil, epicentro del brote de coronavirus en el país y donde los sistemas hospitalario y funerario se desbordaron por la misma causa.
Considerada la Wuhan de Ecuador, Guayaquil se ha visto especialmente castigada por la COVID-19, y por una crisis por la acumulación de cadáveres que desprestigió la gestión sobre el manejo de la pandemia y su sistema sanitario.
La provincia costera de Guayas concentra un 72% de los infectados. Y en su capital, Guayaquil, hay alrededor de 4.000 enfermos, de acuerdo al informe de las autoridades. La fuerza de militares y policías inició hace tres semanas a retirar cadáveres de casas tras fallas en el “sistema mortuorio” del puerto guayaquileño, que provocaron demoras en el servicio forense y las funerarias en medio del toque de queda de 15 horas diarias que rige en el país latinoamericano.
El gobierno ecuatoriano también se hizo cargo de sepultar cuerpos ante la imposibilidad de sus familiares de hacerlo por diversos motivos, entre ellos económicos.
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