Las mujeres japonesas que se divorciaban tenían que esperar hasta 6 meses para volver a casarse sin embargo los diputados nipones modificaron el código civil y ahora pueden hacerlo al cabo de 100 días.
Y es que la ley japonesa establecía ese plazo para evitar conflictos de paternidad al momento de un divorcio.
El parlamento además decidió que si la mujer presenta un certificado de que no está embarazada no debe esperar ningún plazo.
El pasado mes de diciembre, la Corte Suprema de Japón juzgó inconstitucional esa disposición del código civil instaurada en el siglo XIX y consideró que el plazo no puede exceder los 100 días.