En Bolivia, las intensas lluvias de las últimas semanas han causado la muerte de nueve personas y dejado a más de 200 familias afectadas, según reportó el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
Las tragedias incluyen crecidas de ríos y mazamorras, destacándose un deslizamiento de lodo en Cochabamba el domingo 1 de diciembre, donde cuatro personas, incluyendo dos menores, perdieron la vida al quedar atrapadas en sus viviendas.
Los incidentes se extendieron a otras regiones del país. En Chuquisaca, dos personas fallecieron al ser arrastradas por una riada y un menor murió tras el impacto de un rayo. En La Paz, un deslizamiento de tierra en Bajo Llojeta provocó la muerte de una niña, mientras que en Tarija un adulto mayor murió al derrumbarse un muro. Este último evento evidenció los riesgos asociados a las lluvias en zonas vulnerables.
La zona de Bajo Llojeta en La Paz ha sido escenario de desastres recurrentes, con al menos cuatro deslizamientos graves en los últimos cinco años. El más reciente, ocurrido el 23 de noviembre, destruyó 40 viviendas, dejó una menor fallecida y forzó la evacuación de decenas de familias. Autoridades locales atribuyen el deslizamiento a movimientos de tierra realizados por una empresa inmobiliaria en áreas de riesgo.
Ante el inicio de la temporada de lluvias, las autoridades han alertado sobre el aumento del riesgo en zonas inestables. Calvimontes instó a la población a tomar precauciones y recordó que los esfuerzos de rescate y asistencia continúan en las áreas afectadas. Estos eventos destacan la urgente necesidad de fortalecer las medidas de prevención frente a fenómenos naturales cada vez más severos.