Al menos 700 migrantes fueron desalojados del campamento que mantenía a orillas del Río Bravo, en la frontera de Ciudad Juárez, Chihuahua, El Paso y Texas.
Durante el desalojo, un policía resultó herido en la cabeza, luego de que alguien le aventara una piedra. Además, algunos migrantes le prendieron fuego a un par de casas de campaña de las 300 que conformaban el campamento.
Los migrantes, indicaron, rechazan irse a los refugios porque temen ser detenidos y deportados.