«No sea maricón», fue la respuesta que recibió Alfredo Turcumán, de 28 años, cuando fue a la Comisaría de la localidad de San Juan, en Argentina, a denunciar a su esposa por violencia doméstica. Días más tarde, el hombre murió tras ser apuñalado presuntamente por su mujer.
Según medios locales, Turcumán ingresó al hospital Rawson el 14 de junio pasado acompañado de Claudia Moya, su esposa, con una severa herida.
Moya dijo a los doctores que el hombre se lastimó con un cuchillo mientras cambiaba el picaporte de una puerta.
La familia de Turcumán desconfió de la versión de Moya y la señaló como la principal sospechosa ya que, según ellos, las agresiones contra su pariente por parte de la mujer no son nuevas.
«Ella no está loca, es una persona centrada y que tenía planificado matarlo», dijo la madre del hombre, quien además contó que la mujer solía darle cabezasos llegando incluso a romperle el tabique.
Según otro relato de los familiares, Turcumán había ido a trabajar golpeado por su mujer en varias ocasiones y su jefe le insistía que la denunciara pero, cuando al fin tomó valor para hacerlo, las autoridades se burlaron de él y no le tomaron la denuncia.
«Ella lo celaba mucho, tenían un vínculo enfermizo y Claudia especialmente tenía celos de la hija de él», relató el hermano del hombre.
Según medios locales, la pareja se había casado hacía pocos meses. Ahora Claudia Moya está tras las rejas acusada de homicidio agravado y Alfredo Turcumán descansa en su tumba.