El Tribunal de Apelación de Tánger, en el norte de Marruecos, condenó a la pena de muerte a una pareja por haber matado y despedazado a un niño de 7 años, hijo del marido y de su ex esposa.
Los cargos fueron «homicidio voluntario con premeditación», el uso de «actos de barbarie contra familiares descendientes» y por «mutilación del cadáver».
El crimen ocurrió el pasado mes de noviembre cuando se encontraron restos del cadáver de un niño en un vertedero al norte del país, y las investigaciones llevaron al domicilio familiar de la víctima donde aparecieron otras partes del cadáver escondidas dentro de una refrigeradora.
Las investigaciones revelaron entonces que el padre del niño y su actual pareja decidieron estrangularlo y despedazarlo en su casa, tras sucesivas disputas con la madre del niño por el pago de la pensión familiar.
La sentencia a muerte suele dictarse en Marruecos en sucesos que crean gran alarma social, como los infanticidios o el terrorismo.