El sacerdote Gabriele Martinelli, de 31 años, fue condenado a 2 años y medio de prisión y una multa de 1,000 euros por abusar a un exmonaguillo cuando ambos eran menores de edad y estudiaban en la Santa Sede.
El Tribunal de Apelaciones de El Vaticano sentenció a Martinelli por abusar sexualmente de otro estudiante del preseminario San Pío X entre el 9 de agosto de 2008 y el 19 de marzo de 2009, cuando ambos eran menores de edad, y éste coordinaba las actividades del centro en el que residen los monaguillos de la basílica de San Pedro.
En ese lugar vivían varios niños que estaban interesados en convertirse en sacerdotes y ayudaban como monaguillos en las celebraciones en la Basílica de San Pedro y asistían a clases en una escuela cercana.
Sin embargo, el Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano declaró inadmisible la demanda de indemnización presentada por el demandante civil.
El Tribunal ya había absuelto en octubre de 2021 al acusado por falta de pruebas, al igual que al exrector Enrico Radice, de 73 años de edad, por encubrir los abusos que durante años propinó a la víctima, identificada como L.G. y quien al final tuvo que abandonar el preseminario por los abusos cometidos en su contra.
Las investigaciones comenzaron en noviembre de 2017 después de la publicación del libro Peccato originale del periodista Gianluigi Nuzzi quien narró las denuncias del joven polaco Kamil Tadeusz Jarzembowski y además reveló abusos a otro seminarista, que se produjeron en más de 140 ocasiones por parte de un pupilo del rector quien después se convirtió en sacedorte.
Posteriormente siguieron otros reportajes sobre estos abusos, como los del programa de televisión Le Iene.
La diócesis llevó a cabo su propia investigación y dictaminó una indemnización de 20,000 euros para la víctima, la cual nunca fue pagada, y sancionó al sacerdote que solamente fue aislado en un monasterio en la región alpina de Valle de Aosta y posteriormente en Como, Italia.
Durante las investigaciones, tres antiguos alumnos declararon que en el preseminario dominaba un ambiente de locura donde eran frecuentes las bromas de tipo sexual.
Uno de ellos aseguró haber visto a Martinelli tocar las partes íntimas de otro alumno; mientras que otro habló de toqueteos a los más jóvenes.
Otro momento cumbre del proceso fue cuando el obispo de la diócesis de Como, en el norte de Italia, Oscar Cantoni, responsable de la Opera Don Folci, gestora del preseminario, afirmó que entre 2006 y 2012 los curas del centro ya tenían conocimiento de una conducta sexual inapropiada de Martinelli.
«Estamos muy contentos con la sentencia del Tribunal de Apelación del Vaticano. Por fin mi defendido ha visto reconocidos años de sufrimiento, de dolor, de padecimiento», declaró la abogada Laura Sgró, defensora de la víctima.
La condena, la primera por abusos cometidos en territorio vaticano, es «una sentencia histórica» y «espero que pueda invitar a una reflexión aún más profunda sobre el tema de los abusos en la Iglesia», añadió la letrada.