La ciudadana del Reino Unido Nicola Fox, de 33 años, invitó a su casa con engaños a un niño de 13 años de edad y cuando éste quiso regresar a su hogar lo detuvo por la fuerza y lo abusó sexualmente en la localidad de Lowgate.
Según la fiscalía, Nicola le echó todo su peso encima para inmovilizarlo, y a pesar que el niño comenzó a gritar y pedir auxilio, ella le quitó los pantalones, le colocó sus brazos detrás de la cabeza y lo obligó a tener relaciones sexuales.
Una vez que sació sus bajos instintos sexuales la mujer le permitió irse pero luego le envió un mensaje de texto indicándole que si le contaba a alguien lo sucedido dijera que fue algo consensual.
El niño, que era virgen, estaba muy apenado de contarle a su familia de que fue abusado por una mujer mucho mayor y terminó con un trauma sicológico grave.
La mujer fue declarada culpable y fue sentenciada a 4 años en prisión.