Por 31 ocasión desde 1992, la comunidad internacional exigió este jueves al Gobierno de los Estados Unidos que ponga fin a su genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba durante más de seis décadas, al aprobar en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, por abrumadora mayoría de votos, la resolución presentada por La Habana en ese sentido.
Durante la 24 sesión plenaria del 78 periodo de sesiones de la AGNU, que tiene lugar en Nueva York, 187 países respaldaron la resolución cubana para que Washington deje de aplicar esa política unilateral, dos países lo hicieron en contra (EE.UU. e Israel) y se produjo una abstención (Ucrania).
La comunidad internacional dejó aislado una vez más a EE.UU. al considerar que su guerra económica contra la nación caribeña constituye la violación más flagrante de los derechos humanos del pueblo cubano, obstaculiza el desarrollo de ese país y por su alcance extraterritorial perjudica también a otras naciones.
Previo a la votación de la resolución, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció que el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba viola el derecho a la vida, a la salud y al bienestar de todos los cubanos, y que el Gobierno de ese país no ha cesado en el empeño deliberado de cortar las fuentes de financiamiento y suministros con la intención de provocar hambre, sufrimiento y desestabilización.
Precisó que entre marzo de 2022 y febrero de 2023 el bloqueo estadounidense provocó afectaciones a la economía cubana en el orden de los 4.867 millones de dólares (más de 405 millones de dólares mensuales, 13 millones de dólares diarios y 555.000 dólares cada hora).
De acuerdo con el Canciller cubano, los daños totales ascienden a 159.084.3 millones de dólares, calculados a precios corrientes. Explicó que, de no existir el bloqueo, el PIB de Cuba pudo haber crecido nueve puntos porcentuales en el año 2022.
Señaló que el bloqueo priva a la industria del financiamiento para adquirir maquinaria agrícola y otros insumos indispensables para producir alimentos. Dejó claro que bajo estrictas licencias Cuba puede adquirir productos agrícolas en EE.UU., pero sujeta a disposiciones draconianas, que violan numerosas leyes, y se ve obligada a pagarlos por anticipado. Enfatizó que Cuba tiene prohibido hacer exportaciones a los EE.UU. y no puede acceder a créditos ni siquiera privados.
Precisó que las disposiciones del bloqueo generaron más de 491 millones de dólares en daños al Ministerio de Energía y Minas, la mayoría de ellos concentrados en afectaciones al sistema electroenergético. Dijo que con parte de ese dinero se habrían asegurado mantenimientos e inversiones para garantizar la generación eléctrica y evitar los apagones.
Manifestó que Cuba hace frente a dificultades cotidianas para adquirir insulina, analgésicos, hipotensores y otros fármacos básicos. Recordó que la nación caribeña puede producir el 60 por ciento de los medicamentos que precisa, pero carece de los fondos para hacerlo debido al bloqueo.
Agregó que Cuba ha de adquirir a precios exhorbitantes y a intermediarios los equipos y medicamentos que necesita su población. Subrayó que las disposiciones del bloqueo estadounidense limitaron la producción a escala industrial de los candidatos vacunales anticovid diseñados por científicos cubanos.
Miente el Gobierno de EE.UU. al afirmar que el bloqueo no impide adquirir medicamentos e insumos básicos. Durante la Covid-19 a Cuba se le impidió adquirir ventiladores y otros medios bajo el pretexto de que las empresas que los producen son subsidiarias de compañías de EE.UU., aseveró el Canciller cubano.
Recordó que, en el pico de la pandemia, dos compañías de EE.UU. intentaron vender oxígeno medicinal y la Casa Blanca les exigió licencias. Agregó que EE.UU. abrió alivios humanitarios durante la Covid-19, pero no lo permitió en el caso de Cuba. Afirmó que Washington empleó la coyuntura del coronavirus como arma contra su pueblo e incluso aprovechó el contexto que generó para desestabilizar el país y fomentar ingobernabilidad.
Consideró que el bloqueo es unilateral e injustificado, pues no existe acto alguno de Cuba que amenace la soberanía o seguridad nacional de EE.UU. No es legal ni ético que el Gobierno de una potencia someta a una nación pequeña a un bloqueo despiadado para cambiar su orden político y volver a apoderarse de sus recursos, acotó.
Rechazó que la Casa Blanca trate de difundir la matriz de que el bloqueo no afecta a las familias y que el funcionamiento de la economía cubana está lastrado por la ineficiencia, cuando la política de guerra de la Casa Blanca somete a la producción nacional de bienes y servicios cuantiosos tropiezos cotidianos.
Expresó que el bloqueo cercena la libertad de viajar a Cuba de ciudadanos estadounidenses, así como la libertad de emigrados cubanos que residen en EE.UU. a tener lazos normales con sus familias. Responsabilizó a ese cerco económico de la migración cubana, por vías regulares o no, hacia otras naciones.
Aseguró que el impacto extraterritorial del bloqueo viola las leyes de otros países y el derecho internacional, al impedirles sostener relaciones económicas y comerciales con Cuba. Manifestó que, pese a ese escenario hostil, Cuba continuará promoviendo mejores relaciones con el pueblo estadounidense, y con emigrados cubanos en otras naciones.
Afirmó que, más allá de la prolongada y sistemática agresividad de la Casa Blanca, Cuba continuará avanzando en la construcción de una nación socialista, democrática, próspera y sostenible. Nuestro pueblo seguirá siendo dueño de su historia y su futuro, destacó.