A comienzos de esta semana millones de abejas aparecieron muertas en el Condado de Dorchester, en Carolina del Sur, Estados Unidos.
Se determinó que esta masacre ambiental fue un daño colateral en la guerra que las autoridades estadounidenses le declararon al virus del Zika.
Y es que los encargados de salud de ese condado fumigaron el pasado domingo con un pesticida llamado «naled» un área aproximada de 15 millas cuadradas pero en su lugar terminaro matando a 2.5 millones de abejas.
Los expertos aseguran que este insecticida es tóxico para la abejas y se recomienda que sea rociado al anochecer para minimizar el impacto en dichos insectos.
Por su parte el condado pidió disculpas por la masacre que afectó a miles de apicultores de la zona, quienes nunca fueron informado de la fumigación.