Una tragedia sacudió el corazón del Bronx al conocerse que tres niños, todos menores de tres años, consumieron accidentalmente fentanilo en la guardería «Divino Niño». El bebé Nicholas Feliz Dominici, de tan solo 16 meses, lamentablemente perdió la vida mientras que otros dos menores permanecen hospitalizados, luchando por sus vidas.
El terrible incidente ocurrió el pasado viernes 15 de septiembre, cuando las cuidadoras de la guardería se alarmaron al notar que varios de los pequeños no despertaban de su siesta. Tras llamar a emergencias, los paramédicos aplicaron un antídoto, que lamentablemente solo tuvo efecto en un niño de 2 años y una niña de 8 meses.
La investigación policial reveló una verdad muy perturbadora: Un laboratorio de drogas clandestino operaba en el sótano del edificio. El fentanilo, una droga extremadamente peligrosa y potente, estaba al alcance de los niños, quienes pudieron haberse intoxicado simplemente por inhalación o contacto.
El principal implicado en este terrible caso es Carlisto Acevedo Brito, un inquilino del edificio y familiar cercano de la dueña de la guardería, Grei Méndez De Ventura. Dentro de su habitación, las autoridades descubrieron un kilo de fentanilo.
El fiscal de distrito del Bronx, Karl Miller, no solo cargó contra Brito, sino también contra Méndez De Ventura, a quien acusó de actuar de manera imprudente al permitir tal actividad delictiva en su propiedad. Enfrenta múltiples cargos, incluido poner en peligro el bienestar de los niños.
A pesar de que la guardería operaba bajo la autoridad oficial de la Oficina de Servicios para Niños y Familias del Estado de Nueva York y había pasado una revisión reciente, este incidente ha sacado a la luz fallos profundos en el sistema de supervisión.
El aumento del uso de fentanilo en Nueva York es alarmante. Según estudios de la Universidad de California (UCLA), las muertes relacionadas con esta droga se han multiplicado por 50 en la última década, subrayando la gravedad de esta crisis de salud pública en ese país norteamericano.
El fentanilo es un opioide sintético muy potente, de 50 a 100 veces más fuerte que la morfina. A pesar de sus aplicaciones médicas para el alivio del dolor es una sustancia altamente adictiva que conduce a la dependencia.
Esta droga puede detener completamente la respiración de una persona debido a su capacidad para deprimir el sistema nervioso, por lo que es sumamente mortal.