El Centro Nacional de Catástrofes de Papúa Nueva Guinea informó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que más de 2,000 personas fueron sepultadas por un catastrófico deslizamiento de tierra que arrasó un pueblo el pasado viernes.
La cifra supera ampliamente la estimación inicial de 670 muertos reportada por la ONU anteriormente.
En una carta dirigida a la oficina de la ONU en la capital, Port Moresby, el ente papú indicó: «El deslizamiento sepultó a más de 2,000 personas vivas y causó una gran destrucción»
La tragedia ocurrió en la aldea de Yambali, situada en la ladera de una colina en la provincia de Enga, cuando una avalancha de lodo sepultó numerosas casas y a las personas que dormían en sus hogares.
Según el Centro Nacional de Catástrofes, la situación en la zona del desastre continúa siendo inestable, ya que el deslizamiento de tierras sigue avanzando lentamente, poniendo en peligro tanto a los rescatistas como a los posibles sobrevivientes-
Hasta el momento, menos de una docena de cuerpos han sido recuperados, y los esfuerzos se ven obstaculizados por escombros de hasta 10 metros de profundidad en algunos lugares y por la falta de equipo adecuado.
En tanto el parlamentario Kessy Sawang informó que el área afectada cubre el tamaño de tres a cuatro campos de fútbol y que la aldea alberga a casi 4,000 personas. Además, se estima que al menos 1,182 casas quedaron sepultadas por el deslave.
«Han pasado tres días y siete horas desde que ocurrió el desastre, así que estamos corriendo contra el tiempo», comentó Serhan Aktoprak, de la agencia de migración de la ONU.
Ante la magnitud de la tragedia, Papúa Nueva Guinea ha solicitado ayuda internacional de forma oficial. Países como Australia y Estados Unidos han expresado su solidaridad y disposición para brindar asistencia.