Al menos 31 ancianos murieron en un asilo situado en la provincia de Quebec, en Canadá, luego que todos fueran abandonados a su suerte en medio de la pandemia del coronavirus.
Las investigaciones revelaron que los adultos mayores no recibían cuidados, que los trabajadores los abandonaron y que hasta sus dueños tenían un historial delictivo; en un caso en que las autoridades canadienses lo han catalogado de negligencia grave.
Esta historia de terror fue descubierta a mediados del mes de abril luego que la policía canadiense descubrió los cuerpos de 31 ancianos en la Residencia Herron, ubicada en la Isla de Montreal.
Según las investigaciones al menos cinco ancianos murieron tras contagiarse con la covid-19.
Un trato denigrante hacia los ancianos
Las autoridades canadienses encontraron que los más de 130 residentes del asilo solamente eran cuidados por dos personas y todos se encontraban deshidratados, sin comida y cubiertos completamente de heces.
Todo esto a pesar que los residentes de este asilo infernal pagaban anualmente un equivalente a 32 mil dólares para ser cuidados.
El propietario de la Residencia Herron fue identificado como Samir Chowiera, un hombre con un pasado criminal que cumplió una condena en prisión por tráfico de drogas y fraude.
Lo que pasó ahí fue espantoso, declaró el Primer Ministro de Quebec François Legault quien además ordenó múltiples investigaciones criminales.
Varios medios canadienses informaron que se entabló una demanda colectiva por trato inhumano y degradante reclamando en compensación un total de 5 millones de dólares canadienses (3.6 millónes de dólares estadounidenses).
Actualmente el asilo está bajo la protección del gobierno canadiense.