El clima frío y las gélidas temperaturas causaron la muerte de una veintena de personas, en su mayoría niños, en una remota zona del norte de Afganistán, en la frontera con Turkmenistán, según funcionarios afganos.
Los fallecimientos se produjeron esta semana en el distrito de Darzab, en la provincia de Jawzjan, donde una intensa nevada dejó medio metro (casi dos pies) de nieve, explicó el jefe de la policía de la región, Rahmatullah Turkistani.
En la zona no hay electricidad ni instalaciones médicas y la carretera de acceso está cortada por los talibanes. Las autoridades esperan que mejore el tiempo para entregar ayuda por aire.
En otras partes del país, una bomba caminera plantada el viernes en Jalalabad, la capital de la provincia de Nangarhar, mató a un policía y un cohete de mortero alcanzó una boda en la víspera cobrándose la vida de un niño.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría de esos ataques.