Todo indica que el trágico final de Paul Walker no tiene fin. Un juez ha sentenciado que la familia de Roger Rodas (el conductor del coche accidentado en el que viajaba el actor) deberá indemnizar a la hija de Walker con casi 9 millones de euros, reconociendo así que Rodas, el conductor del vehículo, tuvo parte de responsabilidad en la muerte del intérprete.
A pesar de que los representantes legales de Walker han conseguido esta compensación por el fallecimiento de su padre, la joven y la familia del protagonista de ‘The Fast and the Furious’, no están satisfechas.
Según ha relatado a ‘People’ Jeff Milan, abogado de la joven, de 17 años, «dicha cantidad solo cubre una parte del dinero que Walker habría obtenido si su vida no hubiera sido interrumpida trágicamente».
Meadow Walker, hija única del actor, y sus abogados llevan tiempo exigiendo responsabilidades. En el mes de septiembre del 2015 demandaron a Porsche por «escatimar en seguridad».
Ante tal acusación, la compañía alemana se pronunció dos meses después: «Paul Walker fue el responsable de su propia muerte». Él asumió el peligro y los riesgos que entrañaba conducir ese vehículo», sentenció la multinacional alemana.
El juez aún no se ha pronunciado ante esta demanda, pero sí lo ha hecho ante una similar interpuesta por Kristine Rodas, la viuda del conductor del coche: su veredicto eximía a la marca alemana.
Esta indemnización a Meadow se hace pública unos días después de que la justicia considerara que Porsche no había tenido responsabilidad alguna en el accidente que acabó con la vida del intérprete y su amigo, ya que se desestimó la demanda contra la compañía presentada por la viuda de Roger Rodas, que aseguraba que había defectos de fabricación y seguridad en el automóvil. Porsche queda, por ahora, exenta de responsabilidades.
Walker, de 40 años, y su amigo Roger Rodas, de 38, viajaban en un Porsche Carrera GT a una velocidad estimada de entre 128 y 150 kilómetros por hora cuando chocaron y el coche explotó. Ambos murieron en el acto el 30 de noviembre del 2013.
Las autoridades policiacas confirmaron que el conductor perdió el control del automóvil y acabó estrellándose contra unos árboles en la calle de Hércules, en Santa Clarita (California).
En un peritaje del departamento del sheriff de Los Ángeles, así como de la Patrulla de Caminos de California, los investigadores no encontraron problemas mecánicos como causantes del accidente.