Por causas que se desconocen, el ciudadano Rosalío González Aráuz, de 39 años de edad, decidió acabar con su vida ingiriendo una sustancia letal en la casa que habitaba en la Ciudadela San Martín, kilómetro 25 de la carretera vieja a Tipitapa.
Cazadores de noticias afirmaron que antes de fallecer, Rosalío llamó por teléfono a su esposa Vicenta Bermúdez Cano, de 39 años, pidiéndole que fuera en ese momento a su casa para que se hiciera cargo de su hijo ya que él había tomado veneno.
Al verlo con síntomas de intoxicación, el señor Julio César Valle González trasladó a su primo Rosalío al hospitalito Yolanda Mayorga, en donde expiró a los pocos minutos de haber ingresado.
Tras el lamentable deceso, el joven Lester Antonio González Bermúdez, firmó el acta de desistimiento para que el cuerpo de su padre Rosalío no fuera trasladado al Instituto de Medicina Legal.