Contestar una llamada telefónica, una acción que parece inofensiva, podría generar consecuencias potencialmente peligrosas, sobre todo si la locación es un lugar donde se maneja y almacenan sustancias inflamables como una estación de gasolina.
De acuerdo con expertos, el mayor peligro de contestar el celular en una bomba de gasolina radica en la posibilidad de generar una chispa eléctrica que podría encender los vapores de combustible en el aire, provocando un incendio o una explosión.
Es que, cuando se realiza una llamada o se envía un mensaje de texto, el teléfono celular emite señales electromagnéticas que pueden generar una chispa si entran en contacto con los vapores de combustible presentes en el aire de la estación de gasolina.
Incluso el simple acto de encender o apagar el celular podría generar suficiente energía para provocar una ignición.
Aunque la probabilidad de que esto ocurra es relativamente baja, el riesgo no debe subestimarse, ya que las consecuencias podrían ser catastróficas. Incluso, se conocen casos.