En el corazón de la capital nicaragüense, el Museo Nacional de Nicaragua reabrió hoy sus puertas en un acto simbólico y emotivo.
«Con gran entusiasmo, celebramos 126 años del Museo Nacional de Nicaragua, un espacio que ha resguardado con fervor valiosos bienes arqueológicos, etnográficos, y evidencia de la rica fauna prehistórica de nuestra tierra», expresó la compañera Javiera Pérez, Directora del Museo Nacional de Nicaragua.
Esta renovación se enmarca en el esfuerzo del gobierno nicaragüense, que, por directrices del Presidente Daniel Ortega y la Vicepresidenta Rosario Murillo, busca enaltecer el orgullo nicaragüense.
En una firme apuesta por la educación y la cultura, el museo ha sumado a su propuesta dos nuevas salas: Una que homenajea a la obra intangible patrimonio de la humanidad, el Guegüense; y «Entre Ríos y Montañas», una dedicación a los pueblos de la Segovia del norte de Nicaragua.
«Además de una fresca museografía, lo que buscamos es contar la historia de nuestros ancestros. Nicaragua no comenzó con la llegada de los colonizadores. Nuestra historia se remonta a unos 8 a 10 mil años antes de la llegada de los españoles», afirmó Pérez.
Eso es lo que nosotros queremos demostrarle al mundo, a nuestros nicaragüenses que nosotros ya éramos cuando fuimos colonizados por los españoles.
¿Quién éramos? ¿Qué hacíamos? ¿Qué objetos hacíamos? ¿Cuál era nuestra cotidianeidad? ¿Cuál era nuestra organización social?.
Es crucial que tanto jóvenes estudiantes como expertos y curiosos visiten el museo para reflexionar sobre la rica herencia cultural y las raíces profundas de la nación. «Después de cada recorrido, queremos que cada visitante se sienta abrumado de orgullo y exclame: «¡Wow, somos nicaragüenses por Gracia de Dios!«
La cultura y el arte son pilares fundamentales para el desarrollo y crecimiento integral de Nicaragua.
Por eso, la compañera hizo un llamado a los medios de comunicación para que promuevan estos espacios de aprendizaje y reflexión, especialmente el Museo Nacional situado en el emblemático Palacio Nacional de la Cultura, justo frente a la Plaza de la Revolución.
La reinauguración no es solo un acto de restauración física; es una reafirmación del compromiso del país con su identidad, su historia y su gente. La cultura es, sin duda, uno de los pilares más fuertes de Nicaragua, y este acto lo demuestra en todo su esplendor.