La jovencita Wendy Puertas, de 15 años, confesó ante un juez que fue ella quien mató a su hermanito Danny Germán Puertas Sotelo, de 7 años, y luego fue a botar el cuerpo dentro de dos sacos rojos a 500 metros de su casa, en el Valle La Laguna, del municipio de Masaya.
Durante la audiencia preliminar realizada el lunes, Wendy detalló que a las 2 de la tarde del sábado jugaba con Danny, pero este se cayó y se reventó un labio, por lo cual lo llevó al lavandero a limpiarlo, pero como empezó a llorar sin parar, le apretó con sus manos el cuello durante un buen rato.
Agregó que al verlo desvanecerse lo llevó a la cama, buscó hojas de naranja agria, pero Danny no respondió, y se percató de que había muerto.
Añadió que en ese momento trató de cavar un hoyo en el patio, pero como no pudo, esperó hasta las 5 y 30 de la tarde para meter el cuerpo en dos sacos y lo llevó a un predio montoso, donde al siguiente llegó junto a su madre y otros parientes que buscaban a Danny, y simuló haber hecho el hallazgo.
Don Alfonso Sotelo, abuelo materno de los menores, dijo que su nieta se vio obligada a confesar la muerte de su hermanito, cuando la técnica canina la marcó en dos ocasiones y el oficial de la policía le preguntó que si tenía algo que decir, a lo que ella respondió “Fui yo”.
Por su parte doña Oneyda del Carmen Sotelo, madre de Danny y de Wendy, quien labora vendiendo servicios de cable e internet para viviendas, se lamentaba por que su hijo menor yacía en el cementerio y la mayor en la cárcel.
Sin embargo en la audiencia inicial, el juez aceptó la acusación contra Wendy, pero la mandó a enfrentar el proceso en libertad, orientando que reciba tratamiento psicológico, lo que fue bien recibido por su madre Oneyda.
La jovencita procesada ya es madre de un niño de casi dos años, y tras la decisión judicial, la familia decidió trasladarla a la vivienda de otros parientes.
El pequeño Danny Germán Puerta Sotelo cursaba el segundo grado de primaria y fue sepultado a las 5 de la tarde del domingo, en el cementerio local del Valle La Laguna, en Masaya, donde será recordado como un niño juguetón.