Piden dos cadenas perpetuas para asesino de madre e hija en Mulukukú

Dos cadenas perpetuas, 25 años por violación y un año por tenencia ilegal de armas, pidió el Ministerio Público como condena para el sujeto Wilmer Antonio González Méndez, de 32 años, quien este sábado se declaró culpable de haber asesinado a una joven y su madre en Mulukukú.

González Méndez admitió haber cometido los crímenes de odio contra la joven Diagnnie Dayiris Boniche González, de 29 años, y su madre, Luz Maritza González Valle, de 53, en la finca San Jerónimo, de la comarca Kurinwasito, en el municipio de Mulukukú, en el Caribe Norte, en julio del año pasado.

En la audiencia realizada hoy en el complejo judicial de Siuna el acusado también reconoció que cometió la violación de Diagnnie Dayiris Boniche, y del delito de portación ilegal de armas.

González Méndez fue detenido la madrugada del jueves 6 de octubre en la zona rural de la comunidad El Zopilote, en Rosita, Caribe Norte de Nicaragua.

Los crímenes ocurrieron en la finca propiedad de las víctimas, donde el asesino trabajaba como capataz y era persona de confianza de ambas mujeres.

Después de cometer los crímenes, González huyó y la última vez fue visto el día 22 de julio del 2021 en Siuna, el mismo día en que fueron encontrados los cuerpos de las víctimas.

La Policía del Triángulo Minero confirmó que capturó al asesino cuando estaba escondido en la casa de su cuñado Ernesto Carrasco Chavarría, de 26 años, quien también fue detenido y del cual no se sabe si será acusado por ayudarle a esconderse.

En una audiencia de anticipo de pruebas en Siuna, varios testigos declararon el año pasado, que Maritza González salió temprano el 21 de julio de 2021 con Wilmer González a ver unas reses, pero fue encontrada hasta las 11 y 50 de la noche con disparos en el cuerpo, a varios metros de la casa hacienda.

Diagnnie Dayiris fue hallada a las 12:40 de la madrugada del 22 de julio de 2021 dentro de la casa hacienda, la cual estaba cerrada y con las luces apagadas. La joven fue ultrajada, muerta a golpes y luego su cuerpo cubierto con una sábana.

Desde el año 2017, madre e hija, habían regresado a Nicaragua ya que ellas residían en Costa Rica, pero doña Luz Marina recibió en herencia la finca San Jerónimo, por lo que ambas decidieron venirse para hacerse cargo de la propiedad.

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