Un nicaragüense, cuya identidad no fue revelada, y seis sujetos más fueron detenidos esta semana como miembros de una organización dedicada a traficar inmigrantes para explotarlos como esclavos en fincas agrícolas en las provincias de Sevilla y Córdoba, en el sur de España.
Las investigaciones iniciaron desde junio cuando la Policía detectó al nicaragüense cerca de un bar situado en la barriada sevillana de la Macarena captando a extranjeros para ofrecerles trabajo como jornaleros en fincas de la provincia de Sevilla.
Según la Policía, los reclutados realizaban jornadas de más de doce horas sin descanso y con un salario que dependiendo de la productividad, oscilaba entre 30 y 40 euros diarios, cuando el salario en el campo debe ser de hasta 50 euros por día y una jornada semanal de 39 horas, no de 72.
Como parte de la operación, los agentes localizaron a otra persona de origen rumano que se encargaba de negociar los contratos de recolección con los dueños de las fincas.
Los jornaleros no tenían seguro social ya que carecían del permiso de residencia y de trabajo en España y se les proporcionaba verbalmente un número de otra persona para que se identificaran ante los propietarios cuando iban a trabajar.
Tras meses de investigación la Policía consiguió identificar a nueve personas que formaban parte de una organización criminal y que se habían repartido las tareas de captación, transporte, control y vigilancia de los trabajadores.
Este mes de diciembre se estableció un dispositivo en una finca situada en Córdoba en la cual estaban operando los investigados y en la inspección se localizaron a 23 personas inmigrantes explotados y se incautaron más de cuatro mil euros en efectivo y diversa documentación.
En la operación fueron detenidas las siete personas por un delito contra los derechos de los trabajadores, falsedad documental, pertenencia a organización criminal y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
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