Rosa Castillo es la nicaragüense que logró escapar de traficantes sexuales que durante 14 años la mantuvieron en cautiverio para prostituirla en El Salvador, Honduras y México, cuando se supone debía ser llevada a Estados Unidos.
El calvario de Rosa inició cuando ella tenía tan solo 12 años y fue mandada a traer desde Estados Unidos por su mamá con un “coyote”, pero nunca llegó.
Rosa fue vendida, por primera vez, a un grupo de 30 militares quienes la sometieron sexualmente a su gusto y antojo, a tal punto de dejarla inconsciente.
“Perdí la consciencia de lo que hacían con mi cuerpo, no soportaba. Volvía y me desmayaba. Cuando los sujetos terminaron, llamaron a mi “tratante” para que me recogiera, y después era llevada a otro lugar, relato la víctima.
Rosa agregó que sus verdugos la mantenían encerrada en una especie de jaula y cuando la ponían a trabajar debía entregar unos 800 dólares de ganancias, sino cumplía con esa cuota era golpeada salvajemente.
Durante esos años de maltrato y abusos, Rosa intentó escapar del lugar pero siempre era descubierta y por ello la golpeaban, en una ocasión le marcaron unos de sus senos.
Sin embargo tras quedar embarazada y tener a su bebé la motivó a intentar escapar por tercera vez, y que mejor situación que aprovechando la borrachera que se habían puesto sus verdugos durante una fiesta. “Metí a mi bebé en una maleta y salte una cerca”, aseguró.
Elementos de la Patrulla Fronteriza la rescataron y tras recepcionar su denuncia, lograron capturar a algunos de los agresores, quienes cumplen prisión.
Leer más: 250 corredores hicieron rugir los motores en Campeonato de Motovelocidad en Managua