Hoy ha hecho su viaje a la Casa del Señor nuestro Querido Compañero, Doctor Paul Oquist Kelly, que sirvió al Pueblo, a las Familias, a todos los nicaragüense, con Amor, Fidelidad, Compromiso y Valentía infatigables.
Celebramos la Vida de Paul, agradecidos al Señor, porque nos permitió contar con su Inteligencia Especial, con su Visión Fraternal, con su Propuesta de Justicia y Derechos para nuestro Pueblo y para los Pueblos del Mundo; con ese insuperable dominio de las Relaciones Internacionales, de los Organismos, que conocía tan bien, y con los que nos relacionaba de manera profunda y extraordinaria.
Celebramos la Vida y el Ejemplo de Paul, sabiendo que nos deja su Fuerza, su Energía, su Espíritu inclaudicable de Luchas y Victorias, su Firmeza, su Coherencia, su Lealtad indoblegable, su Amor a toda prueba, a esta Nicaragua que hizo suya y que lo hizo suyo, en Caminos difíciles, pero plenos; complejos, pero vitales; duros, pero llenos de Pueblo, este Pueblo que hoy lo despide, lo despedimos, con Respeto, Reconocimiento e Infinito Cariño.
Nos abrazamos con Pilar, su esposa, con sus hijos, Patricio y Familia, Paul Daniel, Bárbara y Mayra Paola Oquist, y como Creyentes, como Cristianos, como Gente de Fé y de Esperanza, sabemos que nos reunirá el Amor.
Vivimos, en el Espíritu, la Certeza de todos los Amaneceres que vendrán, en este Plano, para seguir haciendo realidad la Vida Buena, Cristiana, Socialista y Solidaria, de Justicia, Alegría, Hermandad y Paz.